Carreteras que
nos marcan destinos, vuelta a casa tras recorrer recuerdos que nada tienen que
ver con lo que eran. Duele ver que la realidad nos va alejando de nuestros
seres queridos, aunque siempre llevemos un pedacito de su alma guardada en lo
más profundo de nuestro corazón. El tiempo nos da lecciones y aceptamos el reto
de vivir con esa herida que en un momento dado, nos cambió la vida. Pero en el
desván de los sueños, las emociones no descansan y mientras nuestros padres se
nos hacen viejitos y sentimos más que nunca la necesidad de mantenerlos siempre
a nuestro lado, los hijos van creando nuevas y maravillosas ilusiones que nos
llenan de orgullo. Y en mi humilde existencia, aquí y ahora, sólo puedo
agradecer que las noches de Valeria vuelven a mi encuentro, que la rutina
familiar es más hermosa que nunca, que mi hogar es el refugio perfecto con
todos sus defectos, que lo que ahora tengo es más que suficiente para sentirme
feliz.
Reflexiones desordenadas
Ana María Perez
Pongo este texto que refleja muy bien lo que yo siento en estos momentos, han pasado las Fiestas y cada uno vuelve a su vida "normal" Hemos cambiado tanto en estos dos años que llevamos conviviendo con este virus que hemos dejado de ser nosotros mismos para convertirnos en meros expectantes y en muchos casos miedosos.
Van siendo tantos los que nos dejan para siempre que duele mucho, ayer fue Ventura, te echaremos mucho a faltar como a todos los que te han precedido.
Hoy no pongo fotos, solo mis recuerdos para las familias que han perdido a sus seres queridos.
¡¡Cuidémonos mucho!!
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