El miércoles aprovechando que hacia un día magnífico, decidimos
con mi marido hacer alguna excursión y pensamos en ir a ver si encontrábamos un
pueblo o mejor dicho las ruinas de un pueblo que no hace más que alrededor de
50 años estuvo habitado por gentes que siguen acudiendo, ellos o sus
descendientes cada año a visitarlo, dicho pueblo es Valtablado, me pareció un
lugar precioso.
Hay quien dice que es un pueblo fantasma, para mí nada más
lejos, recorriendo sus casas en ruinas pensaba que tuvo que doler mucho dejar
allí toda su vida, sus vivencias su historia….
Como escribía Jesús Sanz “Renace mi pueblo, nuestro pueblo,
ese lugar del que nunca partimos eternamente. Es imposible alejar el alma de
esa mágica tierra, donde aprendimos a querer a la familia, a los amigos, a
nuestros amigos, a la vida. Donde viví nuestra infancia y nací a todo lo bueno
de la vida”
Yo sé que las raíces son algo muy importante en nuestra vida
y yo vi un pueblo en ruinas pero lleno de ese no sé que, casi te habla en
silencio, su torre de la Iglesia con solo una pared en pie luchando contra el
tiempo por mantenerse firme, ese olmo cortado en trozos que tuvo que ser
grandioso, una cocina de leña que tantas comidas debió de calentar y al mismo
tiempo a su alrededor tantas tertulias familiares…
Construido en la ladera de la montaña nos deja ver un
paisaje espectacular, estos días sus prados estaban verdes que parecen
alfombras, dentro de unos días que los arbustos florecerán y se llenaran de hojas
lucirá todavía más bonito si cabe.
Hice unas fotografías y las pongo pues los que no habéis
estado allí veréis que tengo razón en pensar que es precioso.
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