Ahora que estoy lejos del pueblo, no quiero dejar el blog de lado y voy a dedicarme a recordar gentes y casas que conocí desde el momento que fui cuando me casé a Lagunaseca.
Hoy empezaré por Antonio y Leonor, dado que ellos eran los que tenían la tienda, el bar e incluso el único teléfono del pueblo.
Lo recuerdo aun jóvenes, bueno de mediana edad, pues de esto hace treinta y siete años,
Uffffff, como pasan los años, cuantas cosas han pasado y cuanta gente querida ha desaparecido en estos años. También es verdad que las familias han ido creciendo y los que entonces éramos jóvenes hemos pasado a ser “muy adultos, adultísimos” que pena y que ingrata es la vida. Cuando has pasado los años de lucha para sacar los hijos adelante, y te llega el retiro, resulta que la mayoría estamos para pocos trotes, pero bueno……..Hay lo que hay.
Me he apartado del tema un poco, pues quiero hablar de A. y L., para mí fueron muy agradables y toda mi familia de Lleida los recuerda, a ellos y a su tienda-bar, sobre todo mi Alberto, cuanto disfrutó sentado en la acera con todos sus amigos discurriendo alguna travesura para pasar el rato.
Hoy Leonor aun vive en el mismo lugar, Antonio hace unos años que nos dejo.
En esta entrada mi recuerdo ha ido para este matrimonio, que a falta de hijos estaban siempre rodeados de sobrinos.
Un abrazo Leonor
