18 de agosto de 2009

Un precioso relato

Matices


Desde uno de los rincones más desfavorecidos de nuestra geografía, con la mirada perdida en el horizonte observa Benita el cielo gris, gris ante sus ojos de adolescente, que ya reflejan el color de la desesperanza. Sus pensamientos quedan interrumpidos por la proximidad del autobús de línea que la llevará a formar parte del éxodo rural de la década de los sesenta.
A su desembarco en Mallorca, es contratada como limpiadora de un hotel. En apenas un mes, conoce a Gerardo, un personaje bastante peculiar que inexplicablemente ha entrado en su corazón, pues no cesa de someterla a las más humillantes situaciones, y es que su afán de protagonismo no conoce límites.
En el trabajo, saben reconocer su valía y pronto le ofrecen el puesto de supervisora. Puesto, que se ve obligada a rechazar, pues no dispone de los medios imprescindibles para su ejecución. Ante la imposibilidad de promoción permanece durante años en la misma categoría y supeditada por otro lado a la voluntad de Gerardo, a quien años atrás se ha unido en sagrado matrimonio, asume que es la vida que le ha tocado vivir.
Por ironías del destino, tropieza con el alma caritativa que desinteresadamente va a ocuparse de su alfabetización.
Entra en contacto con las vocales, después van llegando las consonantes y posteriormente va incorporando las palabras a su diccionario personal.
Es primavera, como hace cuarenta y dos años cuando dejó su aldea, sin embargo , ahora rebosa alegría, su vida se torna azul como el cielo que contempla; Ha conocido la palabra AUTONOMIA en todas sus acepciones.

Angustias

1 comentario:

estel dijo...

Que bonito texto, la verdad es que expresa muy bien la situación que pasan muchas mujeres debido a la analfebetización pero no solo lingüística si no la personal y social. Repito...que bonito texto.
Besitos mil

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